
En la edición del domingo 02 de noviembre el Diario El Mercurio publica una nota de la periodista Paula Leighton titulado: Labor encabezada por el monitor Mario Maturana: Con clases de ajedrez, niños de Curacaví mejoran sus habilidades matemáticas.
A través del juego, alumnos de 3° y 4° básico de escuelas públicas de la comuna han aumentado su razonamiento lógico y subido sus calificaciones.
Mario Maturana anhelaba que Curacaví no fuera reconocido solo por su chicha y sus dulces. «Mi sueño era que nos conocieran por nuestros ajedrecistas. Aunque somos un pueblo pequeño, creía que podíamos lograrlo», dice.
Aficionado a este deporte desde niño, Maturana es desde 2006 director y monitor de la Escuela Municipal de Ajedrez de Curacaví, cargo que obtuvo a punta de perseverancia y un trabajo que es valorado por toda la comunidad.
Antes de llegar hasta ahí enseñó a muchos niños de la zona a mover reyes y alfiles y a elaborar estrategias para vencer al adversario. Participaron en torneos intercomunales y tuvieron fracasos rotundos, pero en vez de desmotivarse, Maturana cambió la metodología de enseñanza y siguió adelante.
Los niños comenzaron a mejorar sus resultados, volvían de los torneos con medallas y empezaron a ganar campeonatos nacionales. Hoy la escuela cuenta con nueve títulos individuales federados y dos títulos nacionales en los Juegos Escolares del Instituto Nacional del Deporte. De los casi mil niños formados en la escuela deportiva municipal, varios han viajado por Chile y Latinoamérica.
Pero no solo medallas ha aportado Maturana a su comuna. Desde 2007 vierte su experiencia enseñando ajedrez en Talleres de Razonamiento Lógico-Matemático a alumnos de 3° y 4° básico de escuelas públicas de Curacaví. Muchos son niños en condiciones de vulnerabilidad social y de zonas rurales.
Aunque tienen 8 o 9 años, Maturana logra cautivarlos: «Empleo elementos lúdicos para enseñarles. Les hablo del rey Arturo, Morgana y del mago Merlín. La atención no decae en toda la clase».
Destaca, por ejemplo, cómo empezó a usar el tablero como tabla pitagórica. «Así jugaban ajedrez y a la vez aprendían a multiplicar. Eso les encanta».
España Olave, directora de la Escuela Valle de Puangue, donde Maturana enseña ajedrez desde 2012, ha visto «resultados concretos en las vidas y en el desempeño académico» de sus alumnos. Han mejorado su concentración, estrategia y planificación». Esto, dice, se ha reflejado en «mejora en sus notas y sus resultados en el Simce». De los 227 puntos obtenidos en el Simce de Matemática de 2012, la escuela subió a 254 en 2013.
«Él trabaja en directa conexión con los profesores y motiva y desafía a los niños con actividades que están relacionadas con el currículum», destaca Emperatriz Duque, directora de la escuela rural Eliecer Pérez Vargas. «Mediante el juego aprenden y refuerzan conceptos, ordenan el pensamiento y desarrollan con rapidez problemas matemáticos», señala. La razón, dice el monitor, es que el ajedrez «les cambia la forma de pensar y aplicar, desarrollan el pensamiento lógico y la capacidad de análisis y abstracción». Pero también sube su autoestima y motivación. «Con cada logro un niño se siente campeón del mundo». Hoy, Maturana da su sueño por cumplido. «Hay un orgullo comunal por el ajedrez. A la gente le gusta verse reflejada en los logros de estos niños», dice.
Y, como si eso fuera poco, cuenta que Iván Morovic, ajedrecista y Gran Maestro Internacional, «dijo que Curacaví es la zona del buen ajedrez… Y no mencionó ni la chicha ni los dulces».
Un héroe anónimo
Mario Maturana es uno de los nueve finalistas del Premio Nuevos Héroes 2014, que organiza la Caja de Compensación Los Héroes, para reconocer a personas que en forma desinteresada contribuyen con su comunidad.
Más detalles en www.losheroes.cl/nuevosheroes2014.
Foto: Gentileza de Mario Maturana




