“Qué hacer frente a lo que me informo”: una breve opinión sobre el poder de distintos medios.

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Como docente y un ciudadano común, siempre he escuchado decir ciertas opiniones sobre los diversos medios de comunicación: que son el portavoz de las verdades, que suelen ser objetivos e imparciales, que suelen ser la voz del pueblo, que apuntan a lo prioritario, etc. Son diversas opiniones que apuntan a la profesión de un periodista, un opinante especializado, un profesional de la materia para entregar una visión del mundo. Sin embargo, lo que el mundo suele considerar como “objetivo” y “veraz”, suele ser muchas veces algo relativo y para nada ajeno en ningún lado.

Respecto a los medios de comunicación, siempre estos tienen una línea editorial, que define cuáles son los puntos de vista de quienes lo redactan y expresan que opinión o visión de la sociedad en que están insertos quieren señalar. Puede que lo dicho por mi persona sea evidente, sin embargo, muchas veces ese influjo y esa información suelen construir realidades o generar una opinión sobre distintos hechos determinados, según sean las necesidades que muestren. Por ejemplo, cuando se hace alusión a problemas tan cotidianos como la delincuencia, se puede tener una opinión muy legítima sobre ella, al señalar que nos sentimos más desprotegidos e inseguros sobre el aumento de ella. Es lícito y necesario preguntarse, cuestionarse e indignarse ante situaciones tan detestables como hurtos, asaltos, asesinatos y violaciones. Eso está bien, censurar y castigar los hechos que falten a las normativas que nos suelen regir como grupo humano, de acuerdo al parámetro correcto. El hecho, es después ver como se suele exagerar, aprovecharse de esta opinión en contra de posibles cuestionamientos hacia una persona o un grupo social en particular; en vez de ver las raíces más profundas de ese flagelo. Es ver que la falta de educación, de empleo o de oportunidades en un deficiente sistema laboral, generan tales problemáticas. Pues bien, la intención suele ser crear paranoia, caos y terror en grupos de la población.

Respecto a las formas de como una “verdad” o una versión de ella, se impone al resto de la sociedad, es cuestión de poner en pie qué reales intenciones suelen señalar qué opinión generar frente a cualquier situación. Señalar el hecho, por si sólo hace señalamientos a decir que no lo es todo, porque es innegable que así es, sino que clase de interpretaciones se suelen tener de él. El filósofo francés Michel Foucault, hace alusión al problema de la verdad como “una constante lucha de verdades, que suelen prevalecer unas contra otras”, o si se quiere en términos más arcanos, filosóficamente hablando, Friedrich Nietzsche, habla que “no existen hechos, sino que interpretaciones” y, por último, Immanuel Kant señala que la verdad, “es lo inmediatamente cognoscible”, es decir, lo que la experiencia determina que la realidad que conozco lo es.

Respecto a lo señalado anteriormente, quizás al leer un periódico como El Mercurio, al sintonizar el noticiario de Chilevisión por la noche, tarde o mañana; al ver un diario electrónico como “El Mostrador” usted ve distintas visiones de ese mundo, o si se siente hastiado o hastiada de esa sociedad, prefiere ver lo que los últimos chismes o cuerpos de galanes bien parecidos o mujeres hermosas le pueden ofrecer, en periódicos, programas y pasquines variopintos como “La Cuarta” o “Las Últimas Noticias”. Bien, eso muestra cómo quiere usted que quieren que sea o como podrá serlo o como (si no quiere) no serlo. Al respecto, es cuestión que lo que los medios de comunicación suelen decir, son posiciones de poder que quieren influenciar a un grupo de ciudadanos sobre diversos temas.

Cuando suelo observar todo tipo de noticias, uno puede dejarse impresionar, alegrarse o sorprenderse sobre cualquier tipo de hechos que ocurren a diario. Posteriormente, crearse una opinión y apoyar algún tipo de decisión que distintos tipos de poderes promueven. Si se da cuenta de este tipo de lógica, se dará cuenta que no hay un fin altruista o desinteresado en algún medio de comunicación cualquiera. Es cuestión que vea cualquier tipo de asunto, como cuestionar la legitimidad de las demandas estudiantiles y asociarlas a desmanes producto de las “tomas” y las marchas, señalar que cualquier demanda sobre un nuevo sistema de pensiones es “populismo”, etc. La información ofrecida por cualquier tipo de prensa le dice miles de cosas y crea realidades.

Respecto a cómo se puede llegar a extrapolar lo señalado acá, es cuestión de ver como en diversos medios de comunicación, aparecen diferentes tipos de personalidades como políticos, profesionales, expertos y entendidos en diversos temas, dando a entender su punto de vista sobre diversos tipos de hechos. Al llegar la mañana o la noche y ver la televisión, leer el diario o revisar por twitter los mismos, ve que algunos pueden o no tener la razón. Al respecto, creo que la solución va por este lado. Lo más grave- pienso yo- cuando este periodismo no suele serlo como tal. Cuando ya no se hace el trabajo de tener hechos, ponerlos como tales y hacer todo tipo de interpretaciones. Es cuando, simple y lisa llanamente, se inventan hechos y se suelen inventar mentiras, y ya no crear verdades ni siquiera relativas, sino imponer ficción ante los demás. Eso suele ser grave y se debe prestar atención ante ello.

Primero que nada, no se quede con la primera opinión al ver un tipo de hecho. Vea diversos tipos de medios electrónicos como diarios de internet, escuche un poco más la radio, haga un zapping en distintos tipos de canales, salga de la alienación de un solo tipo de programa o de canal de televisión y aventúrese a investigar como la realidad puede construirla y deconstruirla de diversas maneras o cómo se la pueden hacer deconstruir. Vea que las realidades parten de su propia persona, de lo que se le impone frente a su silla, a lo que lee en el paradero o lo que le dicen otros. Cualquier ciudadano o persona, sabe que debe construir una realidad sobre todo tipo de asuntos, pero para ello estos deben ser vistos bajo no sólo un tipo de óptica. Ver si este tipo de opinión, le es conveniente a usted; antes que le digan si lo es o no.

Ahora vea, y sea un poco más escéptico ante cualquier mercadería que le ofrezcan en los medios, antes de tener una opinión sobre ella. Al respecto, me quedo con esta estupenda frase del lúcido (pero algo mordaz) escritor y semiólogo italiano, autor de “El nombre de la rosa”, Umberto Eco: «No son las noticias las que hacen el periódico, sino el periódico el que hace las noticias y saber juntar cuatro noticias distintas significa proponerle al lector una quinta noticia».

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