Un personaje de aquellos que han hecho que esta comuna tenga una historia. Construyó un balneario en el borde del Estero Puangue, que aún permanece en el recuerdo y añoranzas de los habitantes de más de edad. Construyó una gran poza con el agua del mismo, para que niños y adultos gozaran y se refrescaran en el verano, así como también organizaba importantes fiestas y actividades a las que asistían destacados conjuntos folclóricos de la comuna y de fuera de ella.
Lo conocí un tiempo atrás cuando me encargó un proyecto para restaurar lo que fue el balneario de Curacaví; me pareció un luchador y soñador, aun cuando su salud estaba quebrantada, tenía muchas ganas de reconstruir lo que un día fue para él y la comuna este lugar de esparcimiento, pretendía con la elaboración del proyecto conseguir recursos para sacarlo adelante, sin embargo su salud empeoró, y su anhelo de volver a transformarlo en algo valioso y productivo para la comuna, quedó inconcluso.
No obstante, perdurará en el tiempo y en la memoria de todos, la osadía y el entusiasmo de quien construyó, a su pinta e ideas, pero con respeto y cariño, el balneario de Curacaví. Sentí mucho su partida; cuesta encontrar hombres así…
Ojalá otros, ahora, retomen su bandera de lucha y se la jueguen (nos la juguemos) por recuperar el Estero para la comuna, para la gente.
Pocas personas se arriesgan a hacerlo, es más rentable la extracción de áridos o el riego de grandes sembradíos o cualquier otra actividad que lleve a la destrucción del Estero. Un proyecto de balneario público es para gente con pensamiento de futuro, como Orlando Alarcón.
Que maravilloso lugar, Yogui muchas veces a acampar con mi familia, éramos muuuchos. Era un lugar de encuentro, primos, tíos, hermanos, abuelos etc. Y también estábamos ahí para el terremoto del 1985. Fue muy triste. Desde ese evento no volví. Hoy quiero volver a ver qué fue de ese MÁGICO lugar