El pasado 25 de marzo, a eso de las siete de la tarde, muy alegre, muy ufana venía la Negra Ester (hay que conocer un poquito el texto) … Venía en el marco de un proyecto cultural de la Intendencia de la Región Metropolitana y financiado por el Gobierno Regional Metropolitano y ejecutado por el Consejo de la Cultura de la Región Metropolitana. La pieza teatral tiene ribetes de elegancia pocas veces visto en Curacaví, montada en un gimnasio.
Hasta el local, donde fue montada la obra, llegó diversidad de público que río a mandíbula batiente con los actores, muy lejos del contexto y de lo que envuelve a la que es con toda seguridad, la obra de teatro más importante de la historia de nuestro país. Reconocida en el mundo entero y que vivió en, en sus inicios, el sueño del EXTRAORDINARIO Andrés Pérez Araya, actor, director y dramaturgo chileno, quien armó este trabajo basado en las décimas de Roberto Parra Sandoval.
Hasta el local, un alcalde pelolais, se trasladó para comerse casi dos horas de teatro y fue entrevistado por periodistas locales sobre la función. Desapareció un rato en la segunda parte, regresó y se sentó a seguir mascullando algo que de seguro le costó muchísimo comprender. Me refiero a esto y no porque crea, como tontamente se ha mencionado en cientos de ocasiones, que la izquierda es hegemónica en temas culturales, lo digo porque siento que cada gobierno de derecha que ha existido ha tratado de opacar la cultura. No olvidemos la dictadura nos tuvo casi 20 años a la sombra, se quemaron libros, el teatro fue clandestino (incluyendo la negra Ester), se pasaron de casi 20 estrenos anuales en el cine a uno. Sumando y restando, la Derecha considera que la cultura es una manifestación popular innecesaria. El aludido, aplaudiendo de píe, con ganas de partir, ve como una y otra vez los actores saludan al público en un tránsito particular de este hermoso arte. El aludido es señalado casi cruelmente por doña Rosa Ramírez, otrora negra Ester y esposa de Andrés Pérez, le daba profusos sablazos de que Curacaví necesitaba un espacio para la cultura y que estaba disponible para ejercer este peculiar cargo.
Pasan los días, pasan las horas, poco menos de un mes y se anuncia la Fiesta de la Vendimia, actividad cultural y añejísima de un Curacaví conocido precisamente por la Chicha. Recuerdo que, en mi paso como estudiante en la ciudad de Santiago, los compañeros me llamaban huaso y juraban de píe que la chicha, ese elixir de los dioses locales, se entregaba en la calle, pensaban que uno pasaba y los chicheros abrían sus llaves para que pudiéramos beber esos jugos tan propios de nuestra comuna. Jamás ha sido así, el exquisito brebaje se engalana por estos días y los pocos y escasos chicheros se lucen entre coterráneos y foráneos.
Pasan los días y veo en Facebook un afiche que se replica en algunos locales del pueblo en donde se promueve esta verdadera fiesta popular y dice con letras coloridas que vienen a visitarnos, entre otros, los Huasos Quincheros, si leyó bien, los mismos Huasos que no conocen de arados a mano, que no conocen de cambiar una herradura, que no conocen otra cosa que no sea el patético Patito Chiquito que nos hacía “REIR” en plena dictadura, mofándose de la cultura campesina. Esto lo metieron en una juguera y lo mezclaron con Pujillay, Pedro Messone, Pancho del Sur y es como si estuviésemos viviendo el tortuoso Sábados Gigantes de la dictadura. Se salva uno solo, a mi juicio y musicalmente hablando el mejor grupo musical de Chile y que nadie reclame, son lejos los mejores y me refiero a Congreso. En ediciones pasadas vinieron (por lo que escuché), y se presentaron Inti – Illimani, Illapu, Los Jaivas, etc. Raro si ahora tenemos a tanto artista fascista… faltó el espacio para Patricia Maldonado, curioso, considerando que es la regalona del alcalde pelolais.
Me gusta el folcklore de Curacaví, me fascina la incesante necesidad por tomar tradiciones y hacerlas una y otra vez. Ojalá todos puedan participar, así se darán cuenta que casi de manera inconsciente e inmadura nuestro platinado alcalde y sus asesores hacen cualquier cosa por figurar, espero ahora se entienda, Usted no es na, no es chicha ni limoná.
