
Este viernes 05 de octubre se conmemoran 30 años del triunfo del No. Por eso los comunistas, participantes como uno más en el Comando Ciudadano de Celebración por los 30 años del No, invitan a todos quienes hayan participado de la lucha antidictatorial, a una actividad emotiva y solemne a realizarse a las 20:00 hrs en Av O’Higgins 2094 (Restoran Millantú) este viernes, en homenaje a los vecinos y vecinas que fueron fusilados o torturados. Es un momento muy significativo en la historia de nuestro país. En su momento, el periódico Fortín Mapocho tituló la gesta: “Corrió solo y salió segundo”, en alusión a que Pinochet y la arquitectura legal montada en torno a ese régimen de facto contaba con todo el aparato estatal y medios de comunicación significativos, para salir ganadores. Pero no fue así.
Hoy, este lapso de tiempo permite voltear la mirada. Los sucesos entre el triunfo del No y la elección de Patricio Aylwin como primer presidente democrático luego de la dictadura dan cuenta de una cruda batalla. El aparato represivo que comprendía a las FFAA mató a chilenos hasta el último día de dictadura. La derecha reunida en torno a Pinochet y el régimen mismo cerraron filas y levantaron una opción para perpetuarse, según su cronograma. La oposición de entonces levantó un programa. Entre el 5 de octubre de 1988 y el 11 de marzo de 1990 hay un No y un Si. No a la brutalidad criminal con que Pinochet con sus FFAA detrás y la civilidad de derecha a su lado gobernó el país y Si a las promesas del programa de la campaña electoral de Patricio Aylwin. Lo que devino de aquello nos pesa hasta ahora, pero, por mucho que las promesas electorales en su sustancia hayan quedado en el papel y la vida cotidiana siguiera su curso bajo políticas neoliberales la brutalidad criminal de la dictadura ya es cosa del pasado.
No se debe hacer nada distinto a recordar esas fechas, en particular la del Triunfo del No, con la satisfacción del logro. Ruidos innecesarios aparejados con comportamientos del todo miserables, infames y torcidos se han escuchado a la hora de “llevarse el Triunfo del No” para la casa, pero ello no fue posible y no lo será, entre otras razones, por la más sencilla de todas: el sentido del deber cívico apunta a tener un Chile mejor. Para quienes pretendan volver encausar el anhelo de un Chile mejor por el oscuro sendero de la aniquilación y el despojo, la respuesta siempre debe ser No, y para eso, se trabaja.
Guillermo Teillier, Presidente del Partido Comunista y Diputado de la República lo expresa claramente en reciente publicación de El Siglo: “Desde un comienzo el Partido Comunista organizó la resistencia, salvaguardando la vida de sus militantes, organizando junto a otras fuerzas la búsqueda y defensa de los detenidos, prisioneros y desaparecidos. Organizando la solidaridad internacional. Iniciando mínimas pero heroicas acciones de protesta y propaganda cuando el terror predominaba. El partido sacaba su voz desde la difícil clandestinidad con diarios y folletos, informaba y trataba de forjar un camino de salida en medio de la dispersión y aplastamiento de las fuerzas políticas y sociales. Los comunistas también fuimos contribuyentes desde un comienzo a la reconformación del tejido social, especialmente el sindical y poblacional, que en todos los aspectos de la lucha jugaron un papel vital. Nadie puede negar que, desde el mismo golpe, el PC empezó a buscar la unidad de todas las fuerzas democráticas para acordar una salida conjunta a la dictadura, incluyendo, que, para facilitar ese proceso, el PC no integraría un Gobierno que resultara de esa coalición tras la derrota de la dictadura. Casi diez años estuvo en eso el PC y lo sostuvo como su principal formulación antes de ir progresivamente a una política de mayor agudización en la lucha contra la tiranía”.
La dictadura cívico-militar chilena de Pinochet fue derrotada por millones de personas, anónimas y públicas, que enfrentaron al dictador hasta sacarlo de La Moneda y por eso nos debemos presencia en los actos conmemorativos, por los que no están, en su sacrificio y por quienes están, en su esperanza para efectivamente alcanzar una sociedad de respeto, tolerancia, desarrollo sustentable y derechos.
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