
Durante el mes de diciembre pasado, la Municipalidad de Curacaví decidió retirar los contenedores recolectores de botellas plásticas y latas que llevaban años instalados en diversos barrios de la comuna y que eran administrados por una pequeña empresa local llamada Recuperando mi Valle. Esta iniciativa consideraba la autogestión del proceso; es decir, la instalación de los contenedores, el retiro y traslado de su contenido, la clasificación de residuos y el envío a plantas recicladoras, eran autofinanciadas y no implicaba ninguna inversión de recursos por parte del municipio. La decisión, cuyas motivaciones hasta el momento desconocemos, implicó que la mencionada microempresa se viera obligada a mantener sólo los contenedores instalados en lugares privados, por ejemplo, en condominios, o dentro de los patios delanteros de algunos vecinos de buena voluntad que comprenden la sinergia comunitaria que se ha ido generando en torno al reciclaje en los barrios.
Junto con esta decisión, el municipio dispuso que la gestión de los residuos generados en los hogares de la comuna esté a cargo de “MSur Recicla”, iniciativa de recolección de residuos de desecho, impulsada por la Asociación Metropolitana de Municipalidades de Santiago Sur para la Gestión Ambiental y de Residuos (MSur). Este programa se comenzó a implementar a inicios de 2019 en la comuna de Santiago, y hasta 2020 cuenta con diez comunas de la región participando.
Según se consigna en su sitio web, lo que busca la Asociación MSur por medio de este programa es agregar valor a los residuos domiciliarios, por medio de la separación de estos en su origen, es decir, en los hogares. Esto, se encuentra en línea con lo que señala la ley 20920 de Responsabilidad extendida del productor y fomento al reciclaje (también conocida como ley REP), promulgada en 2016. Sin embargo, esta ley también hace referencia a la importancia del establecimiento de alianzas entre los municipios, los sistemas de gestión de residuos –por ejemplo, “MSur Recicla”– y los recicladores de base.
De esta forma, el procedimiento de reciclaje implementado en la comuna pasó de estar a cargo de una empresa local a una de alcance regional metropolitano. Pero este no es el único cambio, pues a diferencia de Recuperando mi Valle, que no recibía pagos por parte del municipio, el convenio suscrito entre la MSur y la Municipalidad de Curacaví, implica que esta debe pagar una suma aproximada de 30 millones de pesos anuales por el servicio prestado. A esto, se suma que también debe proporcionar un lugar de acopio intermedio de los residuos. Por tanto, es legítimo preguntarnos ¿por qué la Municipalidad reemplaza una iniciativa eficiente, consolidada y autofinanciada, por otra que implica inversión de recursos locales?.
Fuente: Pag Page: Ojoalcharki / Facebook
Esto pasa cuando alguien toma decisiones de forma personal en temas que son comunitarios.
Ya está demostrado que el crecimiento de la comuna no está en las prioridades municipales.
El desarrollo u bienestar comunal no va en repartir bonos o tachos de basura posando para la foto (que ya es patético), hay que crear trabajo local, entregar patente a los negocios, invertir en apoyo, crear las oportunidades y muchas otras cosas que no son tan mediáticas como dar un regalo con plata de nosotros mismos.
Señores, el trabajo intelectual no solo conlleva dedicación, esfuerzo y tiempo, sino que enaltece nuestra condición humana. Imagínese la impresión que nos deja, al ver nuestro texto publicado en su página como si fuera de ustedes. Y no nos digan que citar la fuente al final es un respaldo, porque en el encabezado dice «Escrito por Curacaví digital».
Les pedimos amablemente que retiren con premura este artículo de su sucio recoveco digital; no permitiremos que usufructen de nuestro trabajo con tal descaro. Tenemos fuentes originales que comprueban nuestra autoría, que hemos conseguido a punta de esfuerzo, porque estamos intentando hacer esta pega bien. No quieran pasar una verguenza y háganlo a la brevedad; es deir, dentro de esta mañana.
Saludos,
Ojo al charki Curacavi