Nos encontramos en plena actividad de la oferta electoral, tanto para el caso de los postulantes al Congreso, en su faceta de re-elección, como quienes lo hacen por primera vez, y en la presidencial, donde en esta ocasión, nadie se repite el plato. Todos quieren un mejor Chile. La pregunta es: ¿cuál es el Chile que quiero y cómo se puede lograr?.
Pues para una mejor vida no nos venden todo tipo de soluciones, sino más bien, casi se trata de la misma receta de siempre, que tiene los siguientes ingredientes: desarrollo, crecimiento y sostenibilidad.
Se le atribuye al científico suizo-alemán Albert Einstein la frase de: no pretendas encontrar nuevas soluciones con los mismos procedimientos. Por otro lado, tenemos a Sísifo y su condena a perder la vista y empujar perpetuamente un peñasco gigante, montaña arriba hasta la cima, solo para que volviese a caer rodando hasta el valle, desde donde debía recogerlo y empujarlo nuevamente hasta la cumbre y así por siempre.
La enseñanza principal de la frase de Einstein son los nuevos enfoques para un mismo problema y la de Sísifo: la confrontación con el absurdo de la existencia y la búsqueda de sentido en la propia lucha: o, aceptar las circunstancias que no podemos cambiar y encontrar valor en el esfuerzo continuo y en la resiliencia, sin sucumbir a la desesperación o buscar consuelo en esperanzas falsas.
Al abordar el anhelo de una mejor vida, estamos hablando del buen vivir y para ello, necesitamos condiciones en la dinámica económica que permitan crecimiento. Pero primero es menester resolver la «paradoja del crecimiento» pues las sociedades han alcanzado niveles sin precedentes de riqueza económica (medida por el PIB), pero este progreso no se traduce en un bienestar social y ambiental proporcional.
Y claro, hay voces cada vez más insistentes, que ponen el acento en otras variables. Incluso, esa variante chilena tan propia de los años concertacionistas con el aplauso de su oposición binomalista en el estribillo de: crear riqueza a toda costa para obtener chorreo, hoy ni siquiera debe ser repensada. Ya es tarde para casi todo, pero en especial para los puntos críticos ecológicos que nos dicen: vamos a entrar o ya entramos en el punto de no retorno, es decir: le hemos hecho tanto mal al medio ambiente, que con todas las buenas políticas públicas tendientes a revertir el daño, ya no es posible revertirlo.
Pero no hace falta ser un pesimista para recibir lo peor. Conocido es el dicho que el camino al infierno está plagado de puras buenas intenciones. Aunque, la misma naturaleza nos da sorpresas y la capacidad de resiliencia de ella, aun no la hemos podido ver, en su estado más crítico. Así entonces, atendamos qué es lo que se respira en el ambiente global.
Goldin
El enfoque tradicional de desarrollo y crecimiento causan escepticismo en la academia. La investigadora Claudia Goldin, laureada en 2023 con el Nobel, ha dedicado su trabajo a desvelar la persistente brecha salarial de género, demostrando que, a pesar de las décadas de crecimiento económico e incorporación masiva de mujeres al mercado laboral, la igualdad plena aún está pendiente. Su investigación subraya que el crecimiento no es intrínsecamente un motor de equidad, sino que requiere de políticas deliberadas para desmantelar las estructuras de desigualdad arraigadas en las instituciones y el mercado. Esto implica que la calidad del crecimiento, y su distribución, es mucho más importante que su mera cantidad.
Saito
Desde una perspectiva ecológica radical, el filósofo japonés Kohei Saito aborda la paradoja de crecimiento en su obra La Era del Antropoceno. El autor aborda la crisis climática y la desigualdad como consecuencias inevitables del Capitaloceno, un término que sitúa al capitalismo y su necesidad de expansión infinita como la fuerza destructiva dominante. Según Saito, para salir de esta espiral sin fin de crecimiento, es necesario un decrecimiento económico planificado. No se trata de volver a la edad de piedra, sino de desvincular el bienestar de la acumulación de capital, priorizando la producción de «valores de uso» (bienes que satisfacen necesidades reales) sobre los «valores de cambio» (bienes producidos para obtener ganancias). Su propuesta, inspirada en Marx, es un llamado a un cambio civilizatorio que pone límites al consumo y a la producción y nos da una oportunidad como especie de entender mejor cómo relacionarnos con el entorno.
Han
A nivel individual, el crecimiento perpetuo impone un coste psicológico devastador. Byung-Chul Han, en su influyente ensayo La Sociedad del Cansancio, describe cómo el paso de una «sociedad disciplinaria» a una «sociedad del rendimiento» ha transformado al individuo. El sujeto moderno ya no está oprimido por prohibiciones externas, sino por el imperativo interno de la auto-optimización y el máximo rendimiento. El resultado es una fatiga existencial y un aumento de las enfermedades neuronales como la depresión y el burnout. Esta presión constante por «ser más» y «producir más» es el correlato psicológico de una economía que exige un crecimiento infinito, demostrando que la saturación productiva no conduce a la felicidad, sino al agotamiento del yo.
Jeannette Jara, una propuesta de crecimiento responsable
La paradoja del crecimiento nos obliga a redefinir el progreso. El éxito ya no puede medirse solo en puntos porcentuales del PIB, sino en la resiliencia ecológica, la equidad social y la salud mental de sus ciudadanos. Integrando las advertencias de Goldin sobre la desigualdad, la urgencia de Saito sobre el decrecimiento y la crítica de Han sobre el agotamiento, el camino a seguir no es la simple aceleración, sino la transformación cualitativa. Debemos reemplazar la obsesión por el crecimiento ciego con una economía de la suficiencia, donde el propósito sea el florecimiento de la vida en un planeta finito.
Jeannette Jara, liderando las encuestas y según las cercanías ideológicas de las empresas encuestadoras, como de las métricas metodológicas utilizadas, se sitúa a 5 o a 17 puntos de diferencia de sus “cercanos” perseguidores, propone un concepto y dinámica de desarrollo y crecimiento en 3 ejes: Crecimiento con Equidad («Crecer para Incluir»), Rol Activo del Estado e Inversión Estratégica, Desarrollo Productivo y Valor Agregado.
1. Crecimiento con Equidad («Crecer para Incluir»)
El problema de Chile no es necesariamente crecer, sino el tipo de crecimiento y su distribución. La idea central es: para crecer de manera sostenible, primero se debe igualar la cancha social. Para ello se propone un Ingreso Vital que busque llegar a $750.000 pesos al final del periodo de gobierno (2029), lo que incidirá en la Demanda Interna, que se implementaría con gradualidad y mediante una fórmula mixta (aumento del ingreso mínimo y subsidios a Pymes), busca inyectar recursos a los hogares de menores ingresos. Así se potencia la demanda interna como motor de crecimiento.
2. Rol Activo del Estado e Inversión Estratégica
Un Estado activo que cumpla roles clave en la economía:
- Articulador: Crear las condiciones de estabilidad y certeza para la inversión privada.
- Inversor Directo: Generar entidades mixtas de inversión.
- Empresario: Fortalecer empresas públicas estratégicas.
- Aceleración de la Inversión: Se busca aumentar la tasa de inversión (pública y privada) con el objetivo de acercarse al 30% del PIB. Esto incluye medidas para destrabar la inversión y simplificar procesos, como implementar la Ley Marco de Permisos Sectoriales.
- Fortalecimiento de Empresas Estatales: Se plantea la consolidación y expansión de empresas clave como Codelco, ENAMI, y la creación de la Empresa Nacional del Litio. También se menciona el refuerzo de EFE (ferrocarriles) y ASMAR (industria naval).
3. Desarrollo Productivo y Valor Agregado
El foco está en orientar el crecimiento hacia sectores que generen mayor valor y complejidad:
- Sectores Destacados: Se pone énfasis en la energía (impulsando el desarrollo de energías renovables para bajar costos), el litio, la minería (cobre y pequeña minería), las telecomunicaciones, la infraestructura (puertos, aeropuertos y ferrocarriles) y el desarrollo de un turismo de intereses especiales en las regiones.
- Apoyo a PYMES: El programa incluye un fuerte apoyo a las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) mediante la ampliación de programas de financiamiento (como el FOGAPE), la mejora en la ley de pago a 30 días, y la simplificación de trámites.
En lo medular, el programa de Jeannette Jara para gobernar Chile los próximos 4 años, propone un modelo de crecimiento que no solo busca aumentar el PIB, sino principalmente, priorizar la inversión productiva con participación estatal estratégica y la redistribución del ingreso y así generar un crecimiento más inclusivo y sostenible.




