Mira a ese viejo que nos hace clases de Historia… Se viste como viejo. ¿Qué edad tendrá? Debe tener como sesenta. Es terrible fome. Nos hace leer siempre. ¡Y a mí me apesta leer! Me gusta ver TikTok y redes sociales. ¿Pa’ qué sirve leer tanto? Pa’ nada. Leer me da sueño, me dan puras ganas de irme a acostar. La paso terrible mal cuando tenemos que leer los libros pa’ las pruebas de Lenguaje. -Muchas veces ni los leo-. Además, no estamos en Lenguaje. Allí, sí te creo que nos pueden hacer leer, ¡pero no en Historia, po! ¡Es pesado este viejo culiao! Yo creo que ni en su casa lo soportan. Siempre no’ está corrigiendo: Siéntese bien, no coma en clases, no use celular, no diga garabatos, respete a sus compañeros, haga las tareas, estudie para las pruebas. ¡Me tiene chato este gueón! ¿Por qué no va a molestar a otro lado? Cacha que no nos deja usar celu’, no nos deja contestar o escribir en clases. ¿Qué se cree este gueón? Usar el celu’ es lo mejor… ver fotos, sacarle fotos a los cabros cuando están vendiéndola… vacilar con música, jugar en línea… ¿Por qué no podemos escuchar música? Así yo me relajo y me concentro más. Pero a él no le gusta, nos hace guardarlo. No entiende que nadie quiere escuchar lo que está diciendo. ¡A nadie le importa las gueás que pasaron años atrás! Con suerte me acuerdo de lo que hice ayer y me voy a estar acordando de cuestiones del tiempo de mi abuela, que solo a él le importan. ¿Por qué tenemos que estudiar Historia? A mí solo me gusta Matemáticas. Eso sí que es importante. Ellas van a hacer que me vaya la raja en la PAES y así voy a poder estudiar ingeniería. Voy a poder tener cualquier lucas. Voy a comprarme el celu’ más caro del momento, me voy a vestir con ropa bacán sin que mis viejos se endeuden. Voy a usar perfumes finos, de esos que valen como cien lucas. Quizás me busque de polola a una modelo, flaca, rica, con buenas tetas y unos labios como sopapo. Me compraré un auto de los caros, como los que tienen los cantantes de reguetón, mis ídolos. Me voy a rodear de otra gente y dejaré a un lado a estos gueones pencas…
Estas gueás que nos pasa este viejo no sirven. ¿Pa’ qué me sirve saber de estos indios mayas, aztecas e incas? ¿Qué me importa la Conquista de América? ¿Qué más da que a los indios los hayan matado los españoles? ¿Y que los Mapuches se resistieron a ser conquistados? Además, ahora andan puro peleando con los pacos, quemando gueás, tomándose las tierras que no son de ellos: tienen la cagá’ en el sur, menos mal que mandaron los milicos. ¡Es pura challa esta gueá de materia! ¡no sirve pa’ na’ concreto!
En la hora de Historia me gustaría estar en otro lado. Rodeado por unas minitas ricas en traje de baño, escuchando reguetón, frente a una piscina, bajo un toldo, con pastito verde, comiendo asa’o con mis amigos, con un auto de lujo y un fajo de billetes. Y con algo pa’ fumar y tomar, si no, es terrible charcha. ¿Y por qué no con unas pistolas? Estar como en un video de reguetón… sería de choro.
Me apesta que me hagan escribir y opinar. Me duele caleta la mano si escribo mucho. Solo me gusta hacer ejercicios de mate’, porque eso sí sirve. Así puedo saber cuántas lucas tendré y cuántas tengo que gastar para vivir como rey. Pero, este viejo me insiste en que responda sus gueás de preguntas. Que escriba bien, que explique más, porque no se entienden las gueás que digo -pero yo las entiendo clarito-, que opine más, porque decirlo en una línea es muy poco. -Para mí una línea es caleta, es difícil escribir más de una línea-. Me dice el viejo de Historia que hay que pensar en los demás. ¿Empatía histórica? No sé qué es esa gueá, este viejo habla en chino. No le entiendo ni una gueá. ¿Empatía? Mis viejos siempre me han dicho que nadie les ha ayudado a conseguir lo que tienen, que tengo que preocuparme de mí no más, que no me meta en los dramas de los demás, porque nadie me va a apoyar a mí cuando yo esté pa’ la cagá. Que tengo que salvarme solo, porque así es la vida, así es el mundo. Que mientras antes lo aprenda, mejor.
Yo les he dicho a mis viejos que la clase de Historia es terrible fome. Ellos me dicen que a este viejo lo tengo que aguantar igual, porque me pone notas, y esas notas influyen en mi promedio. ¡Y tener buenas notas es lo único que importa! Me dicen que no lo pesque si me llama la atención. Pero, que si se “pasa películas” conmigo, van a venir al colegio a dejar la cagá’. Que lo van a esperar a la salida y le van a sacar la conchesumare.
¿Qué hará este viejo fuera de aquí? ¿tendrá un perro o un gato? ¿familia? ¿hijos? No creo que tenga mina… Quizás es hueco… ¿Quién lo va a aguantar? Además, no creo que tenga mucho tiempo libre. Siempre él y los demás profes se están quejando de que no tienen tiempo pa’ ni una gueá. Que se llevan pega pa’ la casa, que pasan puro trabajando, terrible solos y aburridos. -Se deben poner contentos cuando es fin de mes no más, ja-. Me choca esta gueá, porque siempre se están haciendo la víctima. Si están tan chatos, ¿por qué no trabajan en otra gueá? ¿pa’ qué siguen aquí en el colegio dando pena? ¡Nadie los tiene obligados! ¿o no?
Viven quejándose de que no tienen tiempo pa’ nada, que están chatos, cansados, estresados, con sueño, ansiosos, que les cuesta dormir en la noche, que están enfermos, que están con licencia otra vez -y este viejo de Historia nunca se enferma, no sé por qué-. Yo me pregunto por qué se van a enfermar si no hacen nada. Vienen, se paran, pasan lista, intentan explicar algo -y nosotros no los pescamos-, nos dicen que hagamos una tarea -como nos diría el viejo de Historia-, que la mayoría no hacemos -porque no estamo’ ni ahí-, después llega el recreo y eso fue todo. ¿Y por eso les pagan? Mis viejos dicen que son unos mediocres, que son terrible pencas, que no les dio pa’ más. Querían ser ingenieros, médicos y abogados -pegas buenas, porque dan plata y la gente te valora, te respeta, cachai-. Pero, como no les dio la cabeza ni el puntaje, cagaron y tuvieron que estudiar la gueá que les alcanzó, o sea esta gueá fome. ¿Estudian cinco años pa’ eso? ¡Qué charcha debe ser su vida!
He cachado por gente de otros cursos, que también le tienen mala a este viejo. Que, cuando intenta explicar algo -dar la lata-, no lo pescan. Tampoco hacen las tareas y en las pruebas les va como la callampa, -son pajeros hasta pa’ copiar-, pero que después igual pasan porque saben que no los pueden dejar repitiendo, si no los apoderados vienen a hacer cuática, pa’ que pasen igual. ¡Por eso se las tiran todo el año! Muchas mamás se han quejado de este viejo, porque lo encuentran muy estricto, así que yo creo que de este año no pasa. A fin de año le dan la patá’ en la raja, seguro. Ojalá que de reemplazo llegue una mina joven y rica: aunque tampoco la voy a pescar, sirve pa’ mirar, por último.
No me gusta cuando me exigen mucho. -Como este viejo-. Me gustan las cosas fáciles. Que los profes sean buena onda, que dejen usar celu’ y hablar a chuchás como uno habla siempre. ¿Qué tiene de malo? Me gusta que me pongan un siete al tiro, que no me corrijan ni me exijan nada, porque yo, con suerte vengo al colegio, y obliga’o, si no, no vendría. Por mí, me quedaría acostado en mi camita, con pijama, viendo el celu’ todo el día. ¿Por qué tengo que ponerle pino pa’ aprender algo que no me sirve?
¿Si yo sería profe? ‘Tay loco. ¡Ni cagando! ¡Aunque me pagaran cualquier plata! Los cabros son pica’o a choros, les echan la espantá’, los amenazan, les dan jugo. Algunas cabras igual, son terrible choras y cuáticas. No podí ni mirarlas. Unas usan unos jumper terrible cortos, no se pueden ni sentar bien en la silla -se les ve hasta el desayuno-, (no es malo pa’ nosotros), y después dicen que el profe o la profe las anda mirando. ¡Tienen la media perso’!
Hasta les pegan a estos viejos mediocres. En la tele’ han salido varios casos en que les han sacado la chucha, los dejan pa’ la cagá… Pero a nadie le importa… La plata que les pagan es un “chiste”, a veces venden algunas gueás pa’ tener más lucas. -Por eso les dicen pobresores, ja-. Algunos no aguantan la pega, así que se ponen depresivos, empiezan a tirar licencia, no quieren volver a hacer clases, les da crisis de pánico volver a pisar una sala. No falta el que empieza a enfermarse, le bajan todos los achaques y pasa en el médico y empastillado. ¡Y dejan los cursos tirados! Incluso hay algunos que se han matado… En la tele’ ha salido. ¡Cómo estarán de bien, po!
Otros, que son profes jefes, ‘tan chatos con tantos cachos, porque los cabros tienen puros dramas en sus casas. -Tú sabí los dramas de este curso-. Que los tienen abandonados, que se drogan, que están tristes, que se quieren suicidar, que se cortan el cuerpo, que su papá está en cana, que abusó de ellos algún pariente, que les pegan, que abortaron, que tienen malas juntas, que ellos les pegan a los papás, que se fugan… El otro cacho son los papás. -Tus viejos te han contado lo que ha pasado en las reuniones de apoderados y en el chat del curso-. Son violentos, agresivos, les aguantan todo a estos gueones, no quieren que les digan nada, les justifican las cagás que se mandan, les tapan todo; algunos pasan puro cahuineando y quejándose de los profes, de los cabros del curso, del colegio; o se ponen a discutir con otros apoderados… Si a los cabros le va bien dicen que es por ellos; si les va mal, que es culpa del colegio, de los profes y en especial, ¡del profe jefe!… Puta, con tantos dramas, debe ser terrible penca ser profe jefe.
-Jóvenes, los he visto puro conversando, ¿terminaron la tarea?… ¿No?… Jóvenes, pongan atención… Mañana es el día del profesor. Salen a las 10.45 para que les recuerden a sus apoderados. Se realizará un acto por el día del profesor.
¡Wena, mañana no vengo! Me quedo durmiendo hasta tarde en mi casita, voy a ver tele’ hasta las tantas… A la salida, ¿nos fumamos un pitito en la plaza? Ya, tú te poní con los italianos pal bajón. (Suena el timbre, todos salen de la sala de clases).