Por Carolina Martinez
Para entender mejor quisiera explicar lo siguiente: la palabra “Consumismo” tiene su origen etimológico del latín “Consumere” cuya definición o traducción al castellano es «Gastar» o «Destruir», lo que nos permite profundizar tanto en su origen antropológico, conceptual y así entender su impacto negativo en el desarrollo nuestra sociedad.
El consumismo esta intrínsecamente ligado al desarrollo del capitalismo (Siglo XX) entendiendo a este último como un sistema político, económico y social que, basado en el usufructo de la propiedad privada (medios de producción, etc), establece una serie de normas y relaciones de orden económico implementando una convivencia social delimitada por las necesidades del mercado, en cuya lógica las necesidades básicas del ser humano son un bien de consumo o de orden económico, siempre bajo las reglas del mercado.
Situados (el negocio) en estas coyunturas y apoyados también por la publicidad o marketing, de forma principalmente comunicacional se crean necesidades y/o adhesiones a tal o cual lógica que potencian al consumismo y aun mas, éste se eleva a una condición necesaria para la permanencia del “orden social”. Una vez generado el producto alguien debe consumirlo.
El Consumismo es el resultado de una peligrosa ecuación que incorpora la lógica capitalista de los Bienes y Servicios, la impostergable (o no) necesidad de obtener dichos insumos y las leyes elementales del mercado.
Crecer y expandir, vender y comprar, oferta y demanda. Pero llegando a una situación donde la demanda es inducida. La persuación y y el arte de convencer adquieren niveles peligrosos, porque el mismo «mercado» que ofrece el producto, ofrece al mismo tiempo el crédito para su compra. El resultado de esto es que la persona, y por extensión, la familia se endeuda muy por sobre las capacidades de pago en relación al ingreso promedio de la población.
Al día de hoy sabemos que para el caso de Chile, esta «realidad del endeudamiento» lo ha ha situado como uno de los países más desiguales del mundo. En este punto es importante también considerar que en la última década el endeudamiento ha aumentado considerable y escandalosamente en el primer quintil, propiciado por la expansión crediticia, a través de casas comerciales, Retail, financieras que ofrecen endeudamiento a una población que generalmente no tiene acceso a créditos en el sistema clásico (Bancos).
El impacto negativo del Consumismo en el ámbito sociocultural tiene sus principales rasgos en la presión que recibe el consumidor, tanto por el amplio despliegue publicitario del que es objeto o víctima y porque se ha le ha instalado como un medio de desarrollo y movilidad social, sometiendo a los sectores con menores ingresos a sentirse menos por «poseer menos», acrecentando serios problemas de autoestima en términos personales y de discriminación en términos sociales.
Respecto de nuestra comuna no podemos dejar de mencionar la gran cantidad de jóvenes que en términos educacionales no logran desarrollar o terminar sus carreras por el sistema económico en que vivimos. Para broche doy un ejemplo triste pero común: hace un tiempo un estudiante de Comunicaciones y Relaciones Publicas de un Instituto Profesional en Santiago, se encontraba becado con el 50% de la carrera. Para llegar a clases (las que eran en horario vespertino) viajaba todos los días desde Curacaví, comuna donde reside y trabaja. Con sus ingresos pudo pagar la mitad del arancel, costear la movilización y la alimentación, entre otros gastos. Sin embargo lo inevitable ocurrió: se endeudó con 10 millones de pesos para costear «el resto», que se resumen en créditos universitarios, salud, pasajes y alimentación. Decidió dejar la carrera y dedicarse a trabajar para pagar las deudas.
En relación a los tipos de crédito, una investigación del INJUV muestra que el crédito universitario, con un 43% ocupa el primer lugar; seguido por las tarjetas de crédito, que llegan al 39% y los créditos de consumo, que alcanzan el 30%. El uso de estos créditos está asociado a pagar emergencias (32%) y a costear gastos de educación (25%).
En términos generales la situación de endeudamiento ocasiona así serios trastornos al consumidor,al que se le considera como un «afectado», en los ámbitos económico financiero, familiares y sociales. Esto provoca un efecto de frustración en el seno de las sociedades, sobre todo en la población más joven; aumenta gravemente los problemas en conductas sociales o de salud mental, siendo sus principales características la pérdida de control personal de la situación económica y el serio deterioro de las relaciones sociales construidas en torno al consumo y, por tanto, de las condiciones de integración y valoración social del consumidor insolvente. El desarrollo actual del sistema capitalista arroja una sociedad cada vez más enferma, que se desenvuelve en un materialismo intenso, cuyo resultado es el desgaste paulatino de los valores fundamentales que sustentan a una sociedad de sana convivencia y no de constante competencia.
En la actualidad en Chile, y en cualquier parte del país, por cierto, en nuestra comuna: Curacavi, el consumo ocupa un lugar preferencial en el modo de vida de la población. El consumo y su degeneración superlativa, el consumismo supera el acceso prioritario a las necesidades básicas, ligadas a alimentación, vestuario y vivienda, e incorpora una amplia gama de productos y servicios innecesarios que alimentan una falsa realidad de bienestar y placer, que no es más que la crónica de una muerte anunciada: el endeudamiento progresivo y la pobreza palmaria, o dicho de otro modo: de tanto gastar, nos estamos simplemente destruyendo.