La salud mental en Curacaví: interpretando los números del 2011

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Estadísticas básicas

El Hospital de Curacaví cuenta con una unidad de atención mental. De acuerdo a los datos publicados por el Hospital 65 personas ingresaron en enero de 2011 al Programa de Salud Mental de dicho Hospital; las que se desglosan de la siguiente manera:

  • – 13 personas fueron diagnosticadas con depresión leve
  • – 8 personas por consumo de alcohol como droga principal
  • – 2 por consumo de alcohol y alguna sustancia psicotrópica
  • – 9 por trastornos de ansiedad
  • – 1 por esquizofrenia
  • – 2 por trastornos de la personalidad
  • – 9 por trastornos emocionales y del comportamiento de la infancia y adolescencia
  • – 6 por trastornos hipercinéticos, de la actividad y de la atención.
  • En la atención primaria se realizaron en enero de 2011, 366 consultas de salud mental, 141 por médico y 255 por psicología (ver datos en anexo).

En relación a la población, y de acuerdo a la proyección que realiza el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el año 2012 la población de Curacaví llegaría a poco más de 30.157 personas, de las cuales 1,4% se encontrarían en enero de 2011 recibiendo algún tipo de atención vinculada a trastornos y/o patologías psiquiátricas.

Sin embargo, las estadísticas del DEIS del Ministerio de Salud, señalan que el Hospital de Curacaví no cuenta con psicólogos/as, así como tampoco con psiquiatras, por lo que – es posible suponer – que la atención de salud mental estaría siendo realizada por un médico cirujano (o médico general), lo que significaría más bien una atención de contención probablemente en base a fármacos. La misma base del DEIS destaca que el Hospital de Curacaví cuenta con 7 de los denominados “Otros profesionales”, no se indica que tipo de profesionales son.

Inferencia a partir de los datos disponibles

Previo al análisis de datos, la primera consideración que puede realizarse es que los meses estivales son – probablemente – meses de baja consulta médica, en particular de consulta psiquiatrita o psicológica, además destaca que el tratamiento de las patologías mentales son normalmente de larga duración. Con ello, las 421 atenciones registradas en enero de 2011, podrían aumentar en los meses de mayor carga laboral y escolar.

Adicionalmente, este dato puede estar subvalorado en consideración a que – es probable – que un porcentaje de personas con alguna enfermedad mental no consulte porque no tiene conciencia de enfermedad; consulte en el sector privado (consultas médicas de salud privada) y por tanto no se encuentre dentro de los registros públicos de salud, estas personas podrían estar accediendo al sector privado como consecuencia de que es en este último donde encuentran atención especializada (psiquiatras y psicólogos) y no hay demora en la atención; también puede estar ocurriendo que estén siendo derivados a otros centros de atención de salud de la Red Pública, por ejemplo, algún hospital perteneciente al Servicio Metropolitano Occidente.

Por último, respecto a una posible subvaloración en el número de casos atendidos en el Hospital de Curacaví, puede estar ocurriendo que por ser Curacaví un pueblo pequeño donde la comunidad se entera más o menos rápido de lo que ocurre al interior de la misma y existe además ignorancia respecto de lo que es la salud mental, las personas enfermas pueden preferir – a fin de no sufrir la discriminación de sus vecinos – atenderse en otra comuna de la Región.

Destaca que, si una persona de ingresos bajos o vulnerable o en riesgo de vulnerabilidad, consulta fuera de la Comuna de Curacaví, no sólo encarece el costo de la atención (bono FONASA, ISAPRE o pago de consulta particular) sino que es más probable que abandone el tratamiento.

Como se sabe, la consulta psiquiátrica no solo es de alto costo, también lo son los fármacos asociados, pero además, normalmente la atención requerida para un buen pronóstico de la enfermedad sugiere – al menos en el primer periodo de tratamiento – una consulta semanal y a veces más. En ocasiones se requiere la hospitalización en unidades de salud mental, encareciendo aún más para el paciente el costo asociado al tratamiento.

¿Cómo puede la Comuna hacerse parte de este problema?. Lo primero es reconocer como comunidad que una persona enferma no sólo enferma a su entorno inmediato, sino que ésta se extiende a toda la comunidad. Es así como el consumo de psicotrópicos o de algún tipo de drogas, termina en adicción y puede en algunos casos llevar a aquel que consume al robo de especies, primero a familiares para luego ir en escalada aumentando el nivel del delito. ¿Qué hacemos como Comuna?

Educar a la población sobre qué constituye una enfermedad mental, desmitificándola y eliminando lo negativo y discriminatorio que existe al respecto. Es importante que a través de charlas realizadas por especialistas del área de la salud, la población cambie su percepción respecto de estos enfermos, una vez comprendido qué es una enfermedad mental y cómo puede una persona enfermarse (y todos somos proclives a ello), existirá mayor disposición a consultar en caso de algún trastorno, siendo el diagnóstico más oportuno y con mayor probabilidad de existo.

De los datos del DEIS para el Hospital de Curacaví, destaca que la mayoría de los casos corresponden a depresión leve (26%). Es significativo que del total de depresiones sólo haya una persona de sexo masculino, ya que lleva a pensar que las mujeres pueden no estar satisfechas o estar más insatisfechas que los hombres con sus vidas, destacando que además se encuentran entre los 25 y 64 años de edad, es decir mujeres en edad de trabajar. ¿Qué se puede hacer como Comuna?

Por una parte, generar una oferta que no necesariamente tiene que ser laboral para estas mujeres (y también para los hombres y personas de todas las edades), por ejemplo, establecer talleres donde aprendan de la autovaloración y del autorespeto, cursos que les permitan conocer las alternativas existentes para montar microemprendimientos (Capital semilla, otros), donde se relacionen con sus pares e intercambien experiencias. De esta forma, se actúa desde la prevención de la enfermedad hasta el apoyo para la mejoría.

Entonces, la Comuna tiene un rol central en la salud mental, especialmente en apoyo a la mejoría y en particular en la prevención. Como se señaló, roles importantes juegan las dinámicas vecinales, como Curacaví se constituye en una comuna “sitiada” y flanqueda por dos túneles y dos peajes, uno hacia Santiago y otro hacia la Región de Valparaíso, no es posible pensar en que sus habitantes (muchos de ellos vulnerables y mayormente proclive a trastornos vinculados a la salud mental) accedan a esparcimiento y recreación fuera de Curacaví; es la Comuna la que tiene el deber de acercar el arte y la recreación a sus habitantes.

Tal vez se puede empezar con cosas simples, como ya se señaló, la realización de talleres de arte, de taichi, de idiomas, etc., para todos los grupos etarios, que tengan al Municipio detrás, de manera de disminuir los costos de estos talleres. Al respecto es importante conocer la composición etaria de sus habitantes, ya que los niños implican una oferta de recreación distinta a los adultos mayores.

Es importante, desde el Municipio, hacerse cargo del aprendizaje mutuo entre las distintas generaciones; una idea factible de implementar es talleres en que por ejemplo, los menores enseñen a los adultos mayores herramientas informáticas, y viceversa, que los adultos mayores apoyen a los menores en tareas escolares. Iniciativas como estas, en el mediano plazo llevarán a una disminución de las personas con problemas de salud mental, actuará como nexo entre generaciones que hoy parecen imposible de conciliar dado el avance vertiginoso de la tecnología, ayudará a mejorar la autoestima, especialmente de aquellos que no se encuentran incorporados a la fuerza de trabajo así como también de aquellos que están al final de sus vidas y que en mucho se sienten viviendo en una sociedad completamente desconocida para ellos.

La generación de talleres y actividades al interior de la comuna, por ejemplo, apoyar en la construcción de galpones en sectores rurales, o mejoras en una vivienda rural (puede existir un registro en donde las personas pueden indicar que tipo de apoyo requieren), o generar iniciativas destinadas a limpiar los cerros aledaños de basura que permitan adicionalmente entender el respeto a si mismo como una extensión del respeto por la naturaleza, todo lo cual permitiría que jóvenes – especialmente en época estival o para aquellos que no están ocupados – no accedan al alcohol o a la droga, sintiéndose a través de un trabajo solidario útiles a su comuna.

Por último, si bien se requiere un buen diagnóstico para lo cual no bastan los datos del Ministerio de Salud, sino también se requieren datos de Carabineros de Chile, de SENAME y de SENAMA, entre otros, los vecinos de Curacaví requieren alternativas recreativas, deportivas, educativas que permita desarrollar Identidad Comunal; ella llevará a generar una mejor salud mental a toda la comuna.

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