Mi nombre es Lucía BasFi-Fer Frías, nacida en Santiago hace 66 años. Hija de Alejandro Galvarino y de Silvia del Carmen. Mi viejo llegó a Sargento Primero en la Marina de Chile, de militancia socialista y mi vieja era simpatizante comunista. Cursé primaria y humanidades. Me rebelé cuando mis padres me inscribieron en un curso de peluquería. Me fui y pude estudiar enseñanza media, en un liceo donde obtuve la certificación de secretaria ejecutiva. Entré a un colegio de Fundación Niño y Patria a trabajar. Posteriormente, egresé de la Universidad de Taparaca, pero un profesor me denunció y no me permitió dar el examen de grado, por estar en contra de la Constitución de 1980, la misma que nos rige hoy y que tiene esa falla de origen fatal: fue impuesta a sangre y fuego por la criminal dictadura militar de Pinochet.
Llegué a Curacavi el año 2003 porque en Santiago me expropiaron. Perdí mi casa y con lo que me quedó y pude juntar, deseaba comprar un terreno para poder hacer un vivero. Curacaví parecía el lugar apropiado y en muchos otros aspectos, salvo el vivero, lo fue.
Trabajé mucho en sindicatos y formé casi todos los sindicatos del cordón industrial del sector San Bernardo-Santiago sur. Hice la primera movilización en 1988 contra el dictador Pinochet, que culminó en una marcha hacia La Moneda. Fui dirigente gremial del Colegio de Profesores. En 1992 comienzo a trabajar en el DEM de Estación Central y fui elegida como dirigente de los paradocendes. Estuve como profesora en Chile Califica en Lo Espejo, el programa de nivelación de estudios financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo para trabajadores que no habían terminado su ciclo secundario.
Hoy mi tarea es sacar una Mesa de Igualdad y Equidad de Género adelante, transversal, con valores claros y una política nacional, basada en la realidad comunal que tenemos. Quiero trabajar con la juventud y juntos tener postura y acción contra la droga; estar presente en las iniciativas ciudadanas que denuncien y propongan soluciones referidas al problema medio ambiental pues la situación actual es algo que nos aqueja a todos y todos podemos hacer algo para construir una política comunal, hoy inexistente.
Mi vida es como la de casi todos y yo me reconozco en mis vecinos y vecinas en cosas simples, en la dignidad que tenemos las personas, en la fuerza de mujer, algo muy lejos del slogan y demasiado cerca de la realidad, en la considerable fuerza de las personas anónimas pero de carne, hueso y sentimientos. También he aprendido a apreciar las diferencias, a construir espacios internos para la inclusión a partir de la tolerancia; sin que ello me impida tener carácter, opinión y una manera selectiva de acopiar amigos y amigas. Un anhelo común que puede ser “El Curacaví que Queremos”, yo puedo aportar mi experiencia de vida, mi estilo de trabajo para tener soluciones de corto, mediano y largo plazo dentro de un proceso colectivo. Me siento parte de la ciudadanía curacavinana, urbana y rural, en este consenso por sentar bases que permitan una mejor dinámica de pueblo en la convergencia que posibilita la acción. Créanme, es posible y yo como candidata a concejal por mi partido, el Partido Comunista, haré la pega de frente siendo lo que soy, sin esconder el símbolo que nos caracteriza.
Me gusta su currículo la pregunta es quiere ir como candidato a algo