
A poco menos de 24 hrs de la elección municipal, aun se respira tensión y jugarretas acusatorias de último momento. Es el caso de Juan Pablo, el candidato de la familia Barros, que acusa a su más serio contendor, Cristian Galdames. La cuestión guarda relación con promesas que no se cumplen, las expectativas de las personas y el futuro de la comuna.
Ahora se trata, según se lee en el Fanpage del “candidato independiente pro UDI”, de dar “respuesta a una falsa promesa que hizo el candidato Cristian Galdames hace un año atrás”, que lo intentan vincular a su gestión. Hace además una declaración de triunfo sobre su candidatura para este domingo. Se declara como un permanente interesado en solucionar los problemas de vivienda y remata: “Siempre hemos dicho que en la medida que tengamos terrenos asegurados, convocaríamos vecinos para estos proyectos, ya que nunca hemos querido generar falsas expectativas con un tema tan sensible”.
La chimuchina de si es esto o aquello dependerá de los hechos, tanto así como de resolver el problema de terrenos en el casco urbano en Curacaví, donde además se deben incorporar otras consideraciones como, por ejemplo, las áreas verdes o la transitabilidad por las calles. Cabe destacar que para ser un proyecto particular, la Municipalidad de Curacaví, administrada por el sobrino de quien vendió el terreno ha llevado a cabo 2 ceremonias oficiales con el solo objetivo de sacar rédito político, al tiempo que el entonces Alcalde en ejercicio Juan Pablo Barros se desvivió para que no se cayera por ningún motivo el negocio de su familia. Ese es el real interés por solucionar el problema de vivienda en Curacaví, el que pudiera ser, pero lo es más cuando la familia es quien vende un terreno como el ubicado en Presbítero Moraga Sur por la friolera de $ 300.000.000 (11.670,4 UF). Esto es lo que consigna la respuesta del Serviu a la solicitud de información por la ley de transparencia en Ord. 010434 del 6 de septiembre de este año.
La tensión por conseguir el voto siempre viene aparejada de aletazos de último segundo y Juan Pablo Barros tiene que echar mano a eso para asegurar su dinastía. Da lo mismo si estas acusaciones están basadas en lo que le dijo un tercero de oídas o si anda por la calle con su equipo de trabajo, que tienen una cercanía más por conveniencia que por convicción. Juan Pablo Barros sigue luchando y sorprendiendo a pocas horas de la elección municipal donde esta historia no está finalizada.





tenemos dinastía en Curacaví?… mañana nos vemos las caras…
no importa lo que haga un Barros, siempre gana Barros … la gente los elige y luego los anda puro pelando….
putos Barros…a desemparrarse no más de una buena vez
Estimado periodista al peo… Finalmente la historia terminó y, por suerte para el pueblito de curacaví, no como usted imaginaba ;). Gracias por el espacio para leer este tipo de artículos :).
Saludos