Desvalijando a Rodríguez Domínguez, envalentonando a Gaspar…
“Siempre que se hace una historia, se habla de un viejo, de un niño o de sí. Pero mi historia es difícil, no voy a hablarles de un hombre común” … El resto de la canción no acompaña al gallardo diputado de la República, no porque el aludido no merezca el resto, es que “La canción del elegido” está dedicada a Ernesto el Che o a Abel Santamaría y en ningún caso Gaspar representa a un ser excepcional.
Me detengo en Rivas porque si, lo considero valiente (estúpido al mismo tiempo). Representa a un alto porcentaje de personas que desearían insultar con tanto aplomo al gordo Andrónico. Razones hay por cientos. Primordialmente porque no puede hacerse rico gracias a los recursos naturales que por décadas los gobiernos inescrupulosos de nuestro país han incentivado; por ejemplo, la compra a “precio de huevo” de zonas minerales y de gran afluencia de recursos hídricos a los terratenientes millonarios de Chile. Porque no hay “empresaurios” que consideren, dentro de sus políticas, la equitativa repartición de sus bienes con sus trabajadores y porque no contentos con eso, han amasado fortunas con lo que, en rigor, le pertenece por antonomasia a los pobres habitantes de este lindo país de esquina con vista al mar.
Gaspar tiene todo mi cariño, en primer lugar, porque fue el primero que se atrevió derechamente a decirle al gordo Andrónico que es un hijo de puta, disfemismo que puede ser utilizado como ofensa y con el cual al Sr. Luksic le dio para desaforar al aludido diputado por seis incómodos meses, incluso sin recibir su dieta parlamentaria que es utilizada, en muchos casos, para pagar sueldos.
Todos hemos querido insultar alguna vez a un poderoso, pero las consecuencias son pagar viviendo en el infierno. Un ejercicio para que Usted juzgue: Si una persona gana 200 mil pesos y colaboró a la Teletón con el mismo porcentaje de los Luksic, donó la impresionante cantidad de 3,2 pesos. Eso es ser millonario en Chile y el mundo. Esto es solamente un ejemplo.
Abriré la siguiente interrogante: ¿dónde está metido ahora el otrora partido de Rivas?, ¿acaso se escondieron como ratas nuevamente?, no lo han defendido, no han hablado en su contra, no han proferido ninguna palabra de sus bocas de ratas, ¿por qué?, ¿es tan grande la presión del poderoso?. Siento que vivimos en un Chile colonial asqueroso y plagado de dramáticas situaciones. Quizás por esto mismo amo (sin serlo), al partido comunista, siempre enfrentan las situaciones, jamás se esconden y su lealtad, uffffff… ya se la quisiera cualquier Estado. Son leales hasta las últimas consecuencias, sin ser muy consecuentes.
Me referí a la colonia, pues vivimos en esta época pretérita de nuestra historia. Un alcalde, de un pueblo similar a Curacaví, con tantos habitantes y votantes como los tiene Curacaví, con la misma clase política de Curacaví, en una locución realizada en una escuelita, muy parecidas a las de Curacaví, dijo textualmente: “Niños y niñas, deben esforzarse para ser, en el mañana, buenos empleados”. Si lo está pensando se equivoca, él no es el alcalde Barros, él muy por el contrario es de una casta más moderna, él es neoliberal, me refería puntualmente a los amantes de la colonia.
Me despido abrazando la causa de Gaspar, que no es un rey mago, me sumo a Gaspar, el gordo Andrónico no puede desaforarte, pues representas a una mayoría absoluta que siempre ha querido, mas no se ha atrevido a insultar al que tiene más porque ha sabido absorber desde las entrañas de la Tierra lo que no le pertenece.
