Conocí a Dayana, una muchacha de Curacaví de 22 años, en el marco de las inscripciones para el Comité de Vivienda “Mártires de Curacavi”, una iniciativa que reúne mayoritariamente a personas con reparación política producto de las violaciones de derechos humanos en el periodo de la Dictadura militar, entre 1973 y 1990.
Ese día, una tarde de un sábado de agosto, en la Sede de la Junta de Vecinos Villa España, me impresionó una especie de tranquilidad compleja de explicar y algo que aun no me es posible entender, presentes en Dayana. Estábamos en una reunión de inscripción para el Comité y Dayana no pudo bajarse del auto. La observé desde la distancia y en esa distancia, encontré la cercanía: los deseos propios de ver en toda persona joven, una proyección natural hacia la vejez o la vida plena, las historias vividas.
Nunca es fácil tratar de escribir pensando en un contenido a una persona, jamás podrá leerlo o enterarse. Es en ese sentido, más bien un mensaje a los que quedan y a uno mismo. La muerte siempre la he considerado parte de la vida, sin embargo, hay aspectos de la vida que causan una total reacción, casi un rechazo, aun si sabemos, son asuntos imposibles de obviar. Eso es la capacidad para entender, a partir de ahora, una ausencia irrevocable se instala de manera definitiva y solo nos cabe hacer memoria para mantener un canal emotivo entre Dayana y nosotros, particularmente, quienes forman parte de su círculo más estrecho y en especial, su hijo Alexis de tan solo 3 años y 8 meses de vida.
Me encontré en casa de un amigo un libro de Haikus escritos por monjes Zen. Son poemas japoneses a la muerte. Lei varios y no pude hacer nada distinto a imaginar a Dayana en alguno de los versos o en la imagen: aun importan hacia donde vayan los vientos de septiembre, Dayana. Siempre estaremos contigo y tú, en nosotros.
Increible mujer hija y hermanas de mujeres guerreras Dios la cuide la tenga en su santo reino y que su experiencia de vida sea un ejemplo para mas personas que luchen por vida la desicicion fue de Dios pero no seba se queda en nuestros corazones en nuestra historia su propia historia con un triste final pero deja un legado de esfuerzo de union.ella fue xapas de unir a todo un pueblo en una oracion a las 21:00 horas por mas de dos semanas grande Dayana ???????????angelito de Dios cuidanos desde el cielo.
Gracias por tan lindas palabras para mi querida y amada Dayana…Una guerrera!!