El género y el pololeo.

Fecha:

Aquelarre Crew Nº1 2017 / Eu - Lina - Les.

La gente más hermosa todavía no ha nacido. Así se llama la novela del ghanés Afri Kwei. La trama es la siguiente: le ofrecen un soborno a un ferroviario, este lo rechaza, su esposa se enoja porque necesitaban el dinero y el ferroviario se siente culpable. Más allá de la cosa de género que hay en la culpa del hombre –en el caso de la novela, todavía un hombre proveedor clásico en el contexto de una recientemente independizada Ghana-, reparo en el título. La obra inspiró un disco hermosísimo del saxofonista Brandford Marsalis: la gente más hermosa todavía no ha nacido, necesitamos sacudirnos de más prejuicios cada vez y conquistar más espacios para la convivencia, la diversidad y la paz social. La dictadura modelaba de alguna manera a sus ciudadanos. Parte importante de la vida de la gente de mi generación se formó y cultivo en ese caldo, y escuchando sin sorprendernos –porque más tarde nos daríamos cuenta- la publicidad y la televisión con mensajes descaradamente misóginos. Luego nos pegamos el alcachofazo, tarde, en la universidad, cuando se empezó a hablar de la cuestión de género, de feminismo, de gaytud, de diversidad sexual, de igualdad de derechos entre sexos.

Pertenezco a una generación que pasó su adolescencia en dictadura y que todavía no había despertado en cuestiones de género. Todavía existían prejuicios machistas muy fuertes en mi época. En el contexto del colegio era frecuente escuchar prejuicios de los profesores varones, y hasta de las profesoras. Recuerden que el colegio es una reproducción a escala del país. Las esposas de coroneles de fuerzas armadas eran las directoras de los colegios públicos de entonces. Rubias teñidas y adoradoras del autoritarismo. Un gran detalle: hablamos de liceos de varones o de señoritas. Juntos pero no revueltos como decían las esposas de coroneles. Un liceo de varones no es sólo una reproducción pequeña y a escala de la dictadura. Es también, lo más parecido a una cárcel. Las mamás se hacían cargo de la educación que no daba esa escuela, porque eran las mamás las que se hacían cargo –por una cuestión de género muy obvia- y no los papás que en ese tiempo tenían todavía el esquema del proveedor que llega a su casa y quiere que le tengan todo resuelto, todo hecho. Y fueron las mamás las que se dieron cuenta de que había que poner a los niños o a las niñas en colegios mixtos. Y ahí comienza todo. Debe haber influído la película Melody, la primera con guión de Alan Parker, sobre pololeos de cabros chicos. La película es tan bonita que uno se proyectaba en esa pareja de pololos cabros chicos, o tomaba conciencia de lo importante que era el amor adolescente. Suena cursi, pero no veo otra manera de ponerlo.

Ahí, el en colegio mixto, empiezan los pololeos. Una de las cosas más hermosas de la vida que a uno nadie le enseñó. A no ser que tuvieras una familia que viniera llegando de Europa, hijos de profesionales o de exiliados, de profesionales de la salud mental, etc, no se tenía conciencia plena del asunto y uno se mandaba algunos errores graves a la hora de jugar. Pero, en mi caso, que no soy de patotas ni de fútbol, me resultaba fundamental, y así me di cuenta que los menos trogloditas eran los que lograban acercarse a las chicas. Hoy, padres y madres intentan enseñarle a los hijos varones especialmente, a no pensar en la polola como una posesión, en disfrutar una de las etapas importantes y hermosas de la vida. Pero eso es hoy. Antes se aprendía a porrazos. La clave era la siguiente: escuchar a la chica, y otra: conversar con los amigos en vez de piropear, no hablar de la chica en grupo sino conversar sobre la polola con los dos mejores amigos si se tenía una duda o se quería compartir algo. Cada generación paga los platos rotos de las anteriores. Por eso cuando entramos a la universidad y empezaron a circular los primeros estudio de género, algunas feministas querían cobrar retroactivo por años de abusos. Yo estoy hablando de una época previa a Internet, cuando a Chile todo llegaba atrasado. Una de las cosas que llegaba atrasada eran los estudios de género, la equidad como uno de los objetivos de las conquistas sociales. Aunque en Chile habían antecedentes de pensamiento feminista, se había puesto el tema finalmente en la mesa y en elaborar la manera de arreglar las cosas.

Sucede que cuando hay abuso durante demasiado tiempo, cuando se le da fin, la revancha no es sólo con los culpables: si dispara en bandada y caen cabezas que nada que ver al canasto. Es el precio de cualquier cambio brusco. Sin un poco de dolor no iba a entrar la letra de la canción que todavía se nos olvida, en detalles. Respetar los tiempos. Uno aprende tarde estas cosas, viejo, hasta que aprende. Por eso los padres y madres de hoy le enseñan a sus hijos cosas fundamentales, sobretodo en la hipersexualizada juventud de hoy. Hijo, la letra de esa canción es horrenda y transite valores de mierda sobre la sexualidad, analiza un poco. Hijo, no vamos a intervenir para nada en tu privacidad pero estamos contentos de que estés contento, y le insinuamos ligeramente que sabemos por qué mientras sonríe antes de sonrojarse un poco y finalmente ponerse serio, que un amor preadolescente o juvenil es algo importante.

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