“¡Ojo con el manejo del espacio público!”: Sobre el manejo del patrimonio tangible en Curacavi

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Adrian Aravena

Hace un tiempo, han invitado a mi sentido de curiosidad y manejo por el espacio público y el muy abusado concepto de lo “patrimonial” algunos últimos sucesos en Curacaví, teniéndose en cuenta que soy sólo un simple transeúnte y muchas de estas dinámicas (pienso) deben estar presentes en la mayor parte de las políticas públicas chilenas, aunque no varían mucho del lugar y el tinte político en que se esté:

Hace no mucho, el día 23 de julio en Curacaví se llevó a cabo una surrealista inauguración de unos prometidos “baños públicos” en el pueblo del “eterno dieciocho”, conjuntamente con un hermoseamiento de la plaza pública del pueblo. Hubo artistas locales presentando a través de la música, su sentir por la dicha de contar con un nuevo espacio público remozado. Los abrazos autocompacientes, felicitaciones y otras zalamerías a la actual primera autoridad de la comuna, etc. Hasta el momento, parece una actividad rutinaria y normal, como en cualquier administración edilicia desde la XIV Región de Arica y Parinacota y la XII Región de Magallanes. Sin embargo, lo que me parece poco apropiado e incorrecto, es un manejo algo desprolijo y, quizás, mal intencionado del espacio público.

El patrimonio material como reflejo de las relaciones de poder en una sociedad Cada vez que escucho esas entrevistas de Gabriel Salazar, me llama la atención que señala a grandes rasgos, que “la escenografía pública presente en el espacio público, refleja muchas veces la memoria oficial que los grupos dominantes pretenden imponer su visión histórica”.

Es decir, la historia de un grupo específico, muestra su visión como sociedad a la comunidad, reflejando sus ideales a los demás. Ejemplos y citas de lo anterior, existen de sobra. Con sólo decir, que los rituales públicos de cada año en el 21 de mayo, el 18 y 19 de septiembre, reflejan lo anteriormente dicho.

Si se dá una vuelta por el Barrio Cívico, en vez de seguir sus trámites y rutinas diarias, se dará cuenta que personajes como Diego Portales, están en el centro de toda la Plaza de la Constitución. Se permite que existan calles con nombres de personajes de la Dictadura Militar en diversas calles de Chile, existan plazas públicas para diversas personalidades con dudoso legado a la sociedad. En fin, son incontables los casos que no cabrían en esta columna.

Como mencionan diversos teóricos de la memoria, existen diversos espacios que reflejan muchos aspectos de la memoria colectiva, y que muestran o dan evidencia a arquitectos, conservacionistas, historiadores, antropólogos, sociólogos y otros, como el espacio público refleja a través de sus construcciones, lugares de rituales republicanos y públicos qué visión puede tener una sociedad determinada. Opino, no obstante, a lo anterior, que se debe permitir la preservación de la tradición. Eso no creo que nadie lo ponga en entredicho, que existan- según lo que menciona Pierre Norá-esos “Lieux de memoire” (espacios de memoria), preservando lo que la sociedad en cada época pasada o presente, quiere mostrar ante las generaciones presentes y venideras. Lo que me parece cuestionable, es el desprolijo manejo de lo anterior, y no sólo se suele “inventar una tradición”, sino que se “mal inventa una tradición”.

Algunos casos específicos en Curacaví

Regresando a nuestro pueblo, después de darme vueltas en algo tan teórico y academicista como el uso y abuso de la memoria, me parece pertinente hacer alusión a la situación específica por la que Curacaví presenta lo anteriormente descrito.

No estoy en contra de nuevas obras públicas. Creo, sinceramente, que cualquier alcalde tiene todo el derecho de invertir en mejoras de su espacio público, como colocar baños en él. Puede hacer, si quiere hasta un carnaval para presentarlo a cualquier coterráneo si quiere. Lo que no me parece correcto, que haya intencionalidades ocultas en ella, y lo que es peor, desprolijidades en lo mismo. El mal uso y manejo de esos espacios, que me han llamado la atención, es equiparar casi en el mismo plano los bustos de Bernardo O’Higgins, Arturo Prat y otros héroes en la misma calle y al lado de esos baños. Eso si se habla con lo comentado así nada más, porque el monolito recordatorio del camino a Valparaíso, construido por el gobernador Ambrosio O’Higgins, la pintura de los monumentos anteriormente mencionados y la poca atención por la estética y el símil de ellos, hace referencia a lo que apunto.

Poner bustos de héroes al lado de un espacio público de vital concurrencia, por diferentes motivos, lo que permitiría asociar distintas bromas y poca solemnidad en lo anterior. Poner esos bustos en ese lado, junto con los baños públicos nuevos, parece un uso un poco indiscriminado del mismo, ya que conlleva que se utilice un espacio para tales ritos republicanos para asociar distintas ideas, que deben ser representativas de cualquier tipo de administración, es decir, de todos como curacavinanos y chilenos; en vez de asociar y conjeturar unos monumentos que evocan “héroes” a una llamada “obra gruesa” dentro de la comuna.

Desde la otra vereda, se ve que lugares públicos que podrían ser aprovechados en actos públicos de todo tipo, como la piedra tacita. Estos lugares están francamente abandonados, que reflejan parte del escudo y merecen ser preservados. Podrían incluso ser mencionados en cualquier Día del Patrimonio Cultural, en el año próximo. Lo mismo puede mencionarse, si se trata de viejos edificios públicos, que podría hacerse un manejo y hermoseamiento, no sólo para eventos públicos sino para el aprovechamiento de ellos, en diversos centros culturales como en festividades, que presentan una arquitectura que data desde el siglo XX e incluso con vestigios del siglo XIX.

Para terminar, si se ve esta enunciación de lugares, pienso que no sólo están mal manejados, sino poco o improvisadamente manejados y en la otra cara de la moneda, no lo están. Se puede valorar el esfuerzo en invertir como política pública mejorar un lugar que invita a convivir en diversas ocasiones en él, pero que se haga con deferencia hacia el patrimonio.

Algunas posibles perspectivas de mejora

Quizás no sólo para las próximas administraciones y gestiones municipales, sino para los próximos gobiernos en Chile, se plantee una mejora por el patrimonio material que se cruce. Mejorar la preservación de arcanos edificios públicos, manteniendo la escala de edificación y cuidado; frente a la especulación inmobiliaria, que no respeta ni lo anterior, junto con la preservación del llamado “casco viejo” de la ciudad de Santiago, podría dar un paso ante ello.

Es cierto, las ciudades y toda concentración urbana crecen y muestran el dinamismo de cada tipo de sociedad, para distintas necesidades. Sin embargo, si tanto se quiere preservar no sólo el patrimonio inmaterial pienso que se debería apuntar en realizar un verdadero plano regulador en la comuna de Curacaví, respetando estas singularidades. Sería bueno tener un espacio que dé a conocer no sólo a los habitantes de la comuna, sino a aquellos que están interesados por conocerla. Estos espacios, se les puede sacar provecho para incluso hacer turismo con aquellos que se le podría ilustrar en la historia e incluso en el patrimonio inmaterial de Curacavi, como el proceso de fabricación de dulces chilenos, la fabricación de la chicha de nuestra zona, la muestra de lo anterior en el Día del Patrimonio Cultural, el aprovechamiento en eventos culturales, en turismo patrimonial y en educación patrimonial en la comuna.

Hace poco, fui invitado gentilmente por el candidato a Alcalde y actual Concejal por la comuna de Curacaví, Cristian Galdames, que ha mostrado una intención de escuchar a la comunidad para la construcción de propuestas en este efecto. Muestra, que la dirección correcta es hacer participar a la comunidad en la construcción de una propuesta que involucre un mejor manejo de los espacios dedicados a la cultura, pueden mejorar la habitabilidad y la mejora de ellos, para fines diversos. Quizás, si se escucha a la comunidad por políticas que promuevan otros ejes de desarrollo, pero centrados en la preservación de nuestro patrimonio no sólo material, sino inmaterial (conocimiento, habilidades y experiencias humanas) podría mostrarse una comuna que no califique sólo en el discurso como “del eterno dieciocho”. Pienso, que se debe no mal inventar la tradición; sino que cuidar, preservar y bien inventar la tradición.

No sigo comentando estos asuntos, que podrían sacar ronchas a algunos endieciochados curacavinanos: algunos despistados, otros aguerridos y autoproclamados “defensores de la tradición” o ciudadanos comunes. Sin embargo, creo que el patrimonio es reflejo de todas nuestras acciones pasadas y presentes, por lo que deben representar la memoria colectiva de todos; no una idea de un grupo social o un “anhelo, sueño u obstinación” de una antigua y actual autoridad. No quiero causarle indigestión para el dieciocho, pero…camine por la plaza y vea en su pueblo con ojo de águila lo que apunto.

2 COMENTARIOS

  1. Hola me ha encantado el articulo, llevaba tiempo interesado en esto porque lo estube cuestionando el otro dia con un amigo, al final tenia yo razón por lo que veo. Enhorabuena al autor esperemos que sigan asi, nosotros tenemos un blog igual pero trata de técnicas sobre redes sociales, como conseguir mas seguidores, likes en tus publicaciones y demás. se llama creapublicidadonline.es ¡quedan invitados! gracias, un abrazo fuerte.

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