Una caracterización de los comunistas es su rectangularidad en el accionar. Cuadrados, en lenguaje coloquial. Es sin embargo un estereotipo no muy difícil de desbancar, hacer tizas. MI vida fue la de una niña de San Joaquín, de tomas y precariedad, familias sustentadas también o tanto más, según los casos, en la vecindad: todos nos cuidábamos. Tengo hermanas, hermanos, padres y madres sin una raiz con ADN, sino fruto de la experiencia de vida. María Recabarren Rojas, fue un caso concreto, por ejemplo.
A los comunistas les sucede que nos encanta la unidad, disciplina y eficiencia. Es una antigua trilogía que practicamos en el quehacer, con absoluta vigencia en el presente: Unidad de acción en los objetivos nacionales resueltos. Disciplina y rigor en el cumplimiento de las tareas individuales y colectivas. Eficiencia que resulta del aporte de todos/as a una planificación con propósito claro. También nos sucede que el empeño está en conseguir más representantes electos para cumplir con el acuerdo central de nuestro último Congreso: consolidar los cambios y seguir avanzando. Ganar la Presidencia de la República tiene coherencia y proyección.
Hector Morales Henriquez, radicado en Vallenar, chileno por oficio, administrador público por afición y padre de Valentina y José Manuel por vocación le sucede que, entre tanta cuestión cotidiana, un poema cambia la perspectiva y refuerza los contenidos. “Uno podría decir que la pantalla del computador no es más que una ventana saturada de picaflores que saltan y vuelven y si allí está instalada cualquier persona, resulta que en cualquier persona o su alrededor, ponen huevos los picaflores”, comenta Hector y añade: “de eso se trata la mirada poética de cualquier asunto”.
Simplemente nos sucede que no podemos quedarnos sentados, sin hacer acción alguna, más que lamentarnos. Somos así y Hector nos retrata en su escrito.
A los comunistas les sucede que
no tiran el reloj por la ventana,
ni gritan porque el agua está muy fría,
toman micros, se abren pasó en el metro,
toman carros, transbordadores, carretas,
lanchones, micros rurales, motos, caballos,
todo aquello que transporte, que te lleve,
que te deje allí instalado;
el día ya encendió motores.
A los comunistas les sucede, como a todos
los que llegan a su trabajo, a su taller, al galpón,
a la sala de clases, al rodoviario,
a todo lugar, para que conspire la cabeza
con el brazo para forjar riquezas.
A los comunistas les sucede
que almuerzan conversando con todos,
de esto, de lo otro, de lo que sucede en Chile,
de las atrocidades del bárbaro Trump, sugieren,
defienden, responden, se refieren al sindicato
hablan de fútbol, de su familia, de sus hijos, de todo.
no le tienen miedo hablar
de lo que a todos nos afecta, a los vecinos
a la población, a la ciudad
a toda la provincia, a la región, a todo el país.
se bajan una estación antes,
o siguen de largo un poco más allá.
Se les ve reunidos para informarse;
opinan, se coordinan, sacan cuentas,
sacan conclusiones, sacan acuerdos,
se afirman en la mesa y se levantan;
es noche de propaganda;
se desenrollan papelógrafos,
los afiches, la pintura, las consignas,
mensajes que hablan del momento; de la lucha.
A los comunistas les sucede,
que andan en la calle cuando todos apagan la luz,
y dicen buenas noches.
y se retiran a su casa ya bastante tarde,
la cara alta, como si no hubiese cansancio,
la propaganda quedó instalada.
A los comunista les sucede
que llegan bastante tarde a su casa.
Son cosas que suceden.
Vallenar, 13 de octubre 2017