Quizás me dirán algo lento y atrasado en mis planteamientos. Tal vez, me dirán que hablar de una fecha en la que se celebró un aniversario pasado no tiene mayor sentido y no vale la pena. Otros dirán poco elegantemente y poco contundentemente que es “un resentido que se le pasó la vieja”. Sin embargo, señores, los mitos duran y permanecen mucho más que su propia vida en la historia y mucho más que la propia.
Hablar de una celebración, donde se establece una fecha algo arbitraria y dice que se fundó un pueblo, se debe partir por ratificar con las respectivas bases por las que se funda un poblamiento o un tipo de ciudad. Respecto a los 465 años de Curacaví, no me atrevería a apoyar la posición que fue en esa fecha en la que se fundó este pueblo.
Precisamente, el documento en el que se establece la fundación de la comuna de Curacaví, que se refiere a la entrega de la encomienda a Juan Bautista Pastene, por Pedro de Valdivia el 4 de octubre de 1550, en la que se refiere como “por virtud del poder que su majestad como su gobernador y capitán general en esta gobernación por sus reales provisiones para ello tengo, confirmo y de nuevo encomiendo en vos capitán Juan Bautista Pastene los Caciques con sus indios los cuales tenía depositados en vuestra persona llamados Antequilca, Chumavo e Catalangua, con todos los principales indios e subjetos que tiene sus tierras en la provincia de los Picones e Valle de Poangui” (Archivo de Indias, n°1207, volumen 343). Inclusive en otros tipos de relatos e investigaciones, se habla que desde el siglo XVII, XVIII se le llamaba por los españoles “Tambo Viejo del Puangue”. Incluso, de los poblados de indios picunches se sabe que abandonaron el poblado donde está ubicado Curacaví en el mismo siglo que fue entregada la encomienda, emigraron los indios a Pomaire, donde poseían tierras más abundantes en agua, llevando consigo sus conocimientos en artesanía y greda, como dice uno de tantos relatos. Si se sigue en esta misma línea, se sabe que Curacaví es un lugar de paso, entre los viajeros que van desde Santiago a Valparaíso desde el siglo XVIII al siglo XIX, llamándole solamente “curato”. Incluso, era parte de una subdelegación del departamento de Melipilla, fundándose como municipio en 1894. Para más detalles de la controversia histórica vea: Una ciudad no puede fundarse con efecto retroactivo y La fundación de Curacaví: una invención?.
Más allá de seguir profundizando y ahondando en un relato que exponga o al menos sintetice las constantes polémicas sobre la Historia de Curacaví (para ello existen innumerables investigaciones que respaldan la aberración de esta fecha), el sentido de mi exposición es ¿existe detrás de manipular o casi imponer una fecha, la intención de usar o abusar de la historia con algún fin? ¿no se querrá exponer una idea o representar algún ideario de un grupo dominante, para hacer creer a la gente alguna visión de mundo? Bueno, ahora expondré sobre esto.
Al respecto, siempre la historia está llena de mitos, de visiones o de idearios que se muestran al resto de la población para poner de manifiesto una idea de cómo debe ser una sociedad o como debe ser un tipo de ciudadano en específico. Para ponérselo en fácil, no fue casual que cerca del Palacio de la Moneda, se hayan puesto juntas las estatuas de Bernardo O’Higgins y de José Miguel Carrera en el mismo sitio, cuando era manifiesta su rivalidad y mal querencia entre ambos. También, la adoración que se tiene de Diego Portales como organizador de la República, cuando fue una élite que como decía él “a palo y bizcochuelo”, reprimió otros intentos democráticos de organización del Estado de Cile, reprimió chinganeros y terminó por impedir todo tipo de participación popular. Por último, me remito a los tantos abusos que se le han dado al tiempo que estuvo uno de los gobiernos que más se reprimió en la historia de Chile, que va desde 1973 a 1990, y la acción que lo encumbró, no se le llamaba Golpe de Estado, sino tibiamente “pronunciamiento” o el tiempo que duró “Régimen Militar”, en vez de Dictadura.
Es cierto, la historia no siempre es ese relato objetivo, sensato, imparcial y pulcro que muestra una visión “transparente” de la vida. No es la vida de presidentes, estadistas, monarcas o personalidades sobre una sociedad determinada. Es la visión de mundo que se tiene sobre un grupo dominante. Bien dice un viejo adagio que lo saben profesores de Historia, historiadores, políticos como tantos otros: “la historia la escriben los vencedores”. Por qué quizás se eligió esa fecha, como para poder celebrar la llamada “fundación”?. Pues bien, son muchas las intenciones en las que no se quiere dejar partícipe a otros actores sociales dentro de la creación de un poblado, partiendo desde los picunches y se quiere dejar en claro como no prosiguió ese poblado del Puangue y emigraron estos indios de la encomienda de Juan Bautista Pastene, hacia Pomaire. No se habla de esa explotación y abuso en esa época sobre Curacaví. Tampoco se justifica que se muestre una fecha con un poblamiento irregular, donde ciudades que tenían el carácter como tal, tenían los elementos que las caracterizan: plano de damero, cabildo, sede de algún obispado, etc. A mi me da mucho sentido que se trata de una forma de publicitar estos asuntos por algunas autoridades, con una estrategia de marketing, quizás. En este punto, para mi la historia que me gusta contar, no es la que conviene a un grupo privilegiado, a una élite, etc. Me gusta la historia de quienes permanecen anónimos, como campesinos, pueblos originarios, trabajadores, etc. Esa historia, y como fueron conformando este pueblo, que tiene cosas hermosas que ha hecho precisamente esta gente anónima, son las que valen. Son la chicha, los dulces o cuanta cosa han mostrado a nuestra comunidad y al mundo.
Los historiadores que han trabajado este asunto, hablan del “uso y abuso” en la Historia. Por citar a alguno de ellos: “el pasado ha sido estudiado de forma didáctica y moral, como una muestra de la esencia pecaminosa del hombre o como una guía para la futura acción política; el pasado ha desarrollado la función sociopsicológica de dotar a la comunidad de cohesión y cometido, de fortificar su tono moral y de apuntalar el patriotismo; el pasado puede, y así ha sido en efecto, ser manipulado para fines románticos. Y otros muchos”. (Moses Finley, “Uso y abuso de la Historia”).
Antes de ser invitado cordialmente a un generoso y abundante cóctel o banquete, presenciar un desfile marcial, solemne y público; o por último, en alguna alocución local, piense que esas interpretaciones no son casuales, objetivas y verídicas. Tampoco es estropear esas percepciones y recuerdos. No he querido recordarle los canapés, bailes, grupos en los que bailó y disfrutó. Así que, recuerde que no todo es inocente. Espero que tenga un buen salud o provecho la otra vez…