
El “suche” se llama Richard Garrote y lleva como “máquina de moler carne” el Consistorio de Mauco-Caren, para todas las cuestiones administrativas y de control de gestión. Hace de las suyas y las suyas son las de Jean Paul Barrows. Pero también es quien debe inspeccionar los ceniceros públicos –en Mauco-Caren se pasan la Ley antitabaco por el aro-, el cumplimiento del instructivo de vestimenta para las profesoras jóvenes y el tiempo, en concreto el “tiempo extra”. Se hizo un experto en tiempo extra y propuso el pago de “las horas extras no trabajadas y las trabajadas también”. Se lo aceptaron y Richard Garrote montó una empresa que transó las “horas extras”. Las vendía a los maucocareninos, que las usaban para ir a fisgonear a Curacavi. De todo ello se hizo un sistema.
En Mauco-Caren, a diferencia de Curacaví, las escuelas son todas públicas y en el último cabildo realizado ganó la opción que así quedarían. El único cambio fue el del nombre de todos los establecimientos: Willy Barrows I, Willy Barrows II, Willy Barrows III y así. Se aprovechó de rebautizar dos plazas públicas. Ahora luce con brillo la estatua de Mary Barrows, en ambas.
Llegar a Curacavi es fácil. Se hace por la Ruta 68. Para Mauco-Caren es diferente. Es un lugar cercano, pero indeterminado. Dicen que los maucocareninos vienen mucho a Curacavi a copiar cómo es que no se deben hacer las cosas. Yo la verdad, lo encuentro un poco ridículo, pero escuché otro rumor cerca del camino hacia La Mina del Agua: No les gusta allá las miradas ladeadas que hacemos acá. En Mauco-Caren miran de frente.
Con unos vecinos se nos ocurrió mirar al frente y fue un desastre. Tuvimos que escuchar no más cómo otros vecinos comentaban que el SECPLAC del municipio curacavinano no sabe usar las fórmulas de control en Excel. Es lo que se deprende de lo aparecido en los medios locales y de una Sesión del Concejo Extraordinaria –sin testigos- llevada a cabo. Mi vecino me pregunto “altiro”: qué es esa huea. Le expliqué sencillito que en el fondo, para no estar sumando a cada rato, se usa un programa que evita aquello. Él, con cara de buen vecino, agrega: «no poh vecino… si yo se toda esa mierda del Excel… lo que no entiendo es: qué es esa huea que el SECPLAC no saber usarlo bien». Después nos quedamos un rato callados. Nos dedicamos a mirar a las personas que vienen y van. Ya no tienen la costumbre de estar sentados en las puertas de sus casas. Se han desviado de sus asientos. Nosotros no y hoy haceos eso. Practicamos un poco esa costumbre que hasta hace poco, era tan usual. Entre medio tuve que comentar a mi vecino: “… sabe; ni idea si el SECPLAC no sabe usarlo bien…”.
Mi vecino me dice que tiene miedo. Yo le digo que los del municipio no son tan malos; que descuide y no se preocupe. El parece no atender. “Me da lo mismo eso”, vecino, me responde. Tengo miedo porque me debo hacer una operación y yo ya estoy muy viejo. Así como nada, cambia de tema. “Mire al frente vecino”, y me da un codazo. Ríe un poco y es su manera de dar ánimo, pensé. “Trato de mirar todos los días al frente, vecino”, comente mientras ambos nos pillamos con la vista fija en el culo de una vecinita. Son las cosas de la mirada. “Mirar al frente tiene que ver con la dignidad”, le dije y él me mira y mueve la cabeza. “No poh… mire para el frente, que ahí trabajé yo”, y me muestra el cerro. “Yo todavía era un cabro y no sabe lo feliz que fui trabajando en el Canal de la Amistad”. Sacó un termo y nos pusimos a tomar mate. Me contó toda esa tarde sobre sus días en ese proyecto del canal.
Después fui a comprar cigarros y el Sherwa me pidió $ 2.000. Antes me dijo que yo era lo máximo, un verdadero “Rey” y otras cosas no menores. Fui muy cuidadoso y me excusé de no tener dinero. Se queda quieto, me mira y dice: “bueno papi… pa la otra”. No compré al final los cigarrillos. Me fijé en el semáforo, en la plaza, en esos baños públicos que van a inaugurar y me acordé de Nelda, una amiga. “Te felicito Nelda: van a construir los baños públicos a partir del concurso que hizo el municipio y que tu ganaste”, y traté de darle un abrazo hace como dos meses. Ella tomo cierta distancia y comenzó a hablar largo: “No pasa nada. Finalmente lo hicieron donde se les ocurrió”. Esa vez estuvimos sentados en las bancas verdes como una hora. “Así son las cosas acá”, terminó todo en una frase, de repente.
En mi patio, mejoraron tres plantas del jardín y un árbol de granadas en flor. Destaca diferente entre tanto verde, pero no da fruto. Mejoró la vereda de la calle, que pasa por la casa. Es un aporte del Gobierno Regional que el alcalde del pueblo hace pasar por suyo. Mi vecino, que vaya uno a saber por qué, me sale con preguntas de las cuales no tengo respuestas; me habla sobre “las platas del espejo” y ensaya toda una teoría respecto de los especuladores del dinero y el aumento de los billetes. “Seguro que es así poh vecino; el Gobierno también lo hace y por eso llegan esas platas espejo al municipio”. Me acordé de mi familiar alemán oriundo de Cottbus. Estaba maravillado con eso de levantar un dedo y disponer de una “micro amarilla a sus pies” o “se le antojaba bajarse donde sea y ahí lo dejaban”. “Das ist einfach undenkbar” y se ponía a reír. Creo que a las pocas semanas se estreno el flamante nuevo sistema de transporte público Transantiago. Otra más de las licitaciones. Es un saco sin fondo y aun les jode la vida a las personas. Conversé largo y lento con mi vecino sobre eso y llegamos a los “Fondos Espejos” y de ahí, a cómo cualquier municipio hace obras. En Mauco-Caren no es así en varios aspectos. No tienen platas espejos porque los espejos quedaron prohibidos. Richard Garrote se encargó de ello pero dicen, hay dos bien guardados que usa para reconocerse. Es un hombre extraño que viste formal y tiene todo un problema relacionado con el color café. El gris tampoco se escapa. Chismorreamos con mi vecino sobres esos rumores sostenidos que se relacionan con Jean Paul Barrows. Dicen que se las ingenia diferente en las práctica de sus mañas; que no le gusta apropiarse de lo ajeno y en eso sería un radical. Por ejemplo, no hay litigios por tierras y si bien los Barrows son “hacendados”, es más bien una condición honorífica que no se toma en serio.
Al finalizar el día y sin mate, mi vecino me da un saludo a distancia y dice, similar a cuando en el sector rural se cuentan los secretos a viva voz de un cerro a otro: “oiga, vamos a Mauco-Caren para cachar las cosas. Allá Jean Paul Barrows es el Capataz Mayor, una especie de alcalde de Mauco-Caren, un lugar cercano, pero indeterminado, cierto?…. y el nombre de su «suche» es Richard Garrote, o no?. Acá el alcalde, una especie de Capataz Mayor, se llama Juan Pablo Barros y su Secretario Municipal es Ricardo Garrido. Lo que son las cercanías indeterminadas, poh…”, y me mira sin reír. Pero yo, que lo conozco, apuesto a sus carcajadas «pa’ dentro».
Genial! Típico Cabellos de Angel!
Leonel… sigues escribiendo ah?… bien..
Por favor, podrían colocar el segundo apellido del «suche» ya que hay otras personas con el mismo nombre y apellido, esto para que no se caiga en confusiones.